sábado, 22 de noviembre de 2008

Mente en blanco


Siempre pasa. Te encuentras con alguien a quién no ves hace tiempo y no te acuerdas su nombre, o peor aún no sabes ni de donde lo conoces, o lo mas temible, ni siquiera recuerdas si lo conoces o no.
Si pasó de lejitos bacán, un hola a algunos metros de distancia y quedas rey.
El problema es cuando se para a conversar y te hace la típica pregunta: "y ves a la gente?". Uy bueno uno dice sí claro veo a la gente, ahí va uno, van dos... pero no, se refiere a la gente que ambos conocen en común. Si no recordabas conocerlo, al menos te darás cuenta que sí se conocen. Si recordabas conocerlo pero no de donde, ya te dió una pista. E inclusive podría eso ayudarte a dar con su nombre. Y bueno casi siempre podrás capear la situación, si es que no tienes que presentarlo con alguien mas, a menos que sea con el clásico: "te presento a un amigo", con eso ya le hiciste ver al pobre que no te acuerdas ni su nombre ni su chapa.

Pero a veces uno se complica la vida y resulta que la otra persona tampoco se acuerda de nuestro nombre, algunos francazos te lo dirán, otros serán mas sutiles y estarán igual que tú craneando la manera de averiguarlo. Lo primero que haces es mirar si tiene algún fotocheck, algun cuaderno etiquetado, algún sobre de manila dirigido a su persona, alguna agenda para decirle "que bonita" como pretexto para agarrarla y abrir la primera página o el mundialmente reconocido: "apúntame tu celular", entonces ahí uno entiende que debe poner su número y su nombre al costadito, jamás te llamará pero al menos tendrá apuntado tu nombre.

Y bueno, no acordarse de un nombre, no es un pecado, lo importante es no parecer atorrante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario